Cada año y en todos los países, las empresas pierden horas de trabajo productivo a causa de accidentes laborales, enfermedades profesionales, bajas por enfermedad común, baja productividad por conflictos en el trabajo y problemas de salud mental de los empleados. El coste personal, empresarial y social es inmenso.
En el cambiante entorno empresarial actual, la salud económica de una organización depende cada vez más de la medida en que ella y sus miembros sean capaces de transformarse y adaptarse a estas cambiantes circunstancias internas y externas con mayor eficacia que sus competidores.
La salud ha sido identificada como un impulsor clave del progreso socioeconómico a nivel internacional, enfatizando el vínculo entre la salud de los trabajadores individuales y el desempeño general de una organización. Asimismo, décadas de investigación han puesto de relieve el papel fundamental que desempeña el trabajo en la determinación de la salud física y el bienestar psicológico.