Sonia Muñoz: «La PRL debe ocupar su lugar como área transversal en las empresas e integrar a sus profesionales en las actividades relacionadas con igualdad, diversidad, etc.»

Los últimos cambios normativos nos invitan a pensar que la perspectiva de género es un elemento que debe formar parte de nuestras vidas en diferentes ámbitos, tanto desde la esfera persona como profesional y nos están empezando a pensar-hacer de una manera diferente a lo que estábamos acostumbrados. Sin embargo, para usted, que es una profesional con una dilatadísima experiencia en el campo de la seguridad y salud laboral, ¿considera que, desde la perspectiva técnico-legal, se ha llevado una aproximación adecuada a la perspectiva de género?

En el ámbito de la PRL, la normativa referente a género se ha basado siempre en el aspecto meramente biológico, es decir, en temas relacionados con las capacidades físicas de hombres y mujeres, así como en los aspectos relacionados con la reproducción, atendiendo al embarazo y la lactancia. Esto, en definitiva, se centra más en el sexo de los individuos que en el género. La perspectiva de género debe abarcar un espectro mucho más amplio, es decir, atender al significado de género como el conjunto de normas, actitudes y comportamientos que se atribuyen como propias de mujeres u hombres en la sociedad. De este modo, la conexión principal de la PRL con la perspectiva de género es la parte psicosocial. Se debe tener en cuenta la existencia de trabajos feminizados o masculinizados, así como las tareas que, generalmente se atribuyen a las mujeres en el ámbito social y tienen como consecuencia problemas como la doble presencia, que afecta a la salud de las mujeres.

Y, ¿cree que los profesionales de la seguridad y salud laboral están adecuadamente capacitados para garantizar este adecuado enfoque que propone? 

Como sucede en la judicatura, la fiscalía, la educación y otros ámbitos de la vida profesional, hay un importante déficit de formación en materia de género que hace muy difícil la aplicación de normas y adopción de medidas con perspectiva de género. Se debe hacer un esfuerzo formativo pues los cambios normativos son una importante palanca para la igualdad, pero deben ir acompañados de la formación, sensibilización e información adecuadas para la evolución social y cultural. Además, las empresas deben entender que las personas profesionales de seguridad y salud tienen un papel fundamental en la consecución de los objetivos de igualdad desde la perspectiva de la salud y el bienestar.

Por tanto, no solo es necesario mejorar la capacitación de las personas profesionales, también es importante que las empresas les den el lugar el lugar que les corresponde en este ámbito.

Muchos son los elementos que conforman la gestión de la Seguridad y Salud Laboral en la empresa, pero, ¿me podría indicar cuáles considera que deben ser los principales elementos sobre los que las empresas deben focalizar sus esfuerzos en materia de seguridad y salud en el trabajo de cara a garantizar una adecuada gestión de la perspectiva de género?

El elemento más importante es el de la integración de la PRL en el sistema de gestión de la empresa. Como indicaba anteriormente, la PRL debe ocupar su lugar como área transversal en las empresas e integrar a sus profesionales en las actividades relacionadas con igualdad, diversidad, etc., incluyendo en el ámbito de la salud laboral todo lo referente a las personas.

Además es preciso que las empresas tomen conciencia de que las personas trabajadoras no son solo eso, también tienen un entorno familiar y social que influye en su vida laboral, por lo que hay que incluir estas valoraciones en las evaluaciones de riesgos y, por tanto, en las medidas preventivas. Las empresas deben ser corresponsables pues sus acciones inciden en la sociedad.

Por último, nos podría indicar qué retos enfrenta la Seguridad y Salud Laboral de cara a integrar la perspectiva de género con las mayores garantías de éxito?

El reto más importante, como siempre, es el cultural. Si la cultura empresarial no evoluciona hacia seguir situando a las personas en el centro, nada de lo expuesto anteriormente se llevará a cabo. Además, es tarea de las personas profesionales de la seguridad y la salud influir en la cultura empresarial para situarse en todos aquellos foros en los que se trabaje para el bienestar de las personas trabajadoras: no podemos estar fuera de las negociaciones y desarrollo de los planes de igualdad, de los acuerdos para la adopción de medidas de conciliación, o de las iniciativas empresariales de fomento de una sociedad mejor. Somos un pilar fundamental para la consecución de buena parte de los objetivos de desarrollo sostenible y, especialmente, del que promueve la igualdad de género.